sábado, 26 de julio de 2014

¿Qué es la revolución?

La gente hoy en día no sabe diferenciar entre una guerra y una revolución.
La revolución la hace el pueblo para mejorar su situación y la guerra la industria para hacer dinero.

Aquí dejo un vídeo del pensador y activista Fidel Castro, que no tiene tapujos en la lengua y dice las cosas claramente, con sencillas palabras, pero que dicen mucho:


Revolución es sentido del momento histórico.
Es cambiar todo lo que debe ser cambiado.
Es igualdad y libertad plena.
Es ser tratado y tratar a los demás como SERES HUMANOS.
Es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros PROPIOS ESFUERZOS.
Es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional.
Es DEFENDER valores en los que se creen al precio de cualquier sacrificio.
Es MODESTIA, DESINTERÉS, ALTRUISMO, SOLIDARIDAD y HEROÍSMO.
Es NO MENTIR JAMÁS ni violar PRINCIPIOS ÉTICOS.
Es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.
Revolución es UNIDAD, es INDEPENDENCIA, es luchar por nuestro sueño de justicia para Cuba y para el mundo.
Es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo, y nuestro internacionalismo.


lunes, 21 de julio de 2014

El burgués: Extracto de "El lobo estepario", Hermann Hesse

Lo «burgués», pues, como un estado siempre latente dentro de lo humano, no es otra cosa que el ensayo de una compensación, que el afán de un término medio de avenencia entre los numerosos extremos y dilemas contrapuestos de la humana conducta. Si tomamos como ejemplo cualquiera de estos dilemas de contraposición, a saber, el de un santo y un libertino, se comprenderá al punto nuestra alegría. El hombre tiene la facultad de entregarse por entero a lo espiritual, al intento de aproximación a lo divino, al ideal de los santos. Tiene también, por el contrario, la facultad de entregarse por completo a la vida del instinto, a los apetitos sensuales y de dirigir todo su afán a la obtención de placeres del momento. Uno de los caminos acaba en el santo, en el mártir del espíritu, en la propia renunciación y sacrificio por amor a Dios. El otro camino acaba en el libertino, en el mártir de los instintos, en el propio sacrificio en aras de la descomposición y el aniquilamiento. Ahora bien, el burgués trata de vivir en un término medio confortable entre ambas sendas. Nunca habrá de sacrificarse o de entregarse ni a la embriaguez ni al ascetismo, nunca será mártir ni consentirá en su aniquilamiento. Al contrario, su ideal no es sacrificio, sino conservación del yo, su afán no se dirige ni a la santidad ni a lo contrario; la incondicionalidad le es insoportable; sí quiere servir a Dios, pero también a los placeres del mundo; sí quiere ser virtuoso, pero al mismo tiempo pasarlo en la tierra un poquito bien y con comodidad. En resumen, trata de colocarse en el centro, entre los extremos, en una zona templada y agradable, sin violentas tempestades ni tormentas, y esto lo consigue, desde luego, aun a costa de aquella intensidad de vida y de sensaciones que proporciona una existencia enfocada hacia lo incondicional y extremo. Intensivamente no se puede vivir más que a costa del yo. Pero el burgués no estima nada tanto como al yo (claro que un yo desarrollado sólo rudimentariamente). A costa de la intensidad alcanza seguridad y conservación; en vez de posesión de Dios, no cosecha sino tranquilidad de conciencia; en lugar de placer, bienestar; en vez de libertad, comodidad; en vez de fuego abrasador, una temperatura agradable. El burgués es consiguientemente por naturaleza una criatura de débil impulso vital, miedoso, temiendo la entrega de sí mismo, fácil de gobernar. Por eso ha sustituido el poder por el régimen de mayorías, la fuerza por la ley, la responsabilidad por el sistema de votación. Es evidente que este ser débil y asustadizo, aun existiendo en cantidad tan considerable, no puede sostenerse, que por razón de sus cualidades no podría representar en el mundo otro papel que el de rebaño de corderos entre lobos errantes.

domingo, 6 de julio de 2014

Cuba preside la Asamblea Mundial de la Salud de la OMS

¿Es Cuba el lugar más horrible del planeta? ¿Están haciendo una labor en algún sentido? En España, no creo que haya nadie que no haya sido tratado alguna vez en su vida por un médico cubano. De hecho, los médicos cubanos están en muchísimos países y fueron los primeros en llegar, por ejemplo, al desastre de Haití. Además de participar en muchísimas misiones humanitarias.
Cuba se ocupa de una formación obligatoria para todos los niños y una apertura a la formación superior para que sea accesible a todo el que quiera. Así, tantísima gente estudia en Cuba.
Sin más, os dejo el vídeo:



Atte!